El presidente de Deutsche Telekom, Kai-Uwe Ricke, ha prometido ante los 7.000 accionistas del grupo reunidos hoy que 2003 será “el año del cambio” para el operador alemán, después de que “2002 fuera el más difícil de la historia” para la empresa.
Así, el presidente del grupo señala que “la compañía ha recuperado de nuevo la senda de los beneficios”, registrando un beneficio neto de 850 millones de euros en el primer trimestre y fijándose como objetivo retornar a beneficios en el conjunto del ejercicio. Deutsche Telekom acusó en 2002 una pérdida neta récord de 24.600 millones de euros, la más elevada jamás registrada por una empresa europea, y tuvo que renunciar a abonar dividendo por primera vez desde 1996.
En tres años, los alrededor de tres millones de accionistas del grupo germano han visto como sus acciones se desplomaban. Después del alza histórico de 103,5 euros alcanzada en marzo de 2002, la “acción T” ha caído al precio actual de 12 euros, aunque llegó a descender el año pasado hasta 8,14 euros.
En este sentido, Ricke reconoce que la dirección de la compañía no puede estar satisfecha de la cotización bursátil actual del grupo, pero atribuye este descenso a la situación actual de los mercados. “El Dax terminó el año 2002 con un descenso del 44 por ciento; de este modo, con una caída del 36,5 por ciento, nuestra acción ha evolucionado menos mal que el conjunto del mercado”, afirma el directivo, aunque precisa que “ello no debe ser una excusa”.
Junto a esto, el presidente pone de manifiesto que su objetivo es que la empresa sea líder en la prestación de servicios de telecomunicaciones y de tecnologías en 2007. Es más, Ricke, que no ha detallado la nueva estrategia, declara que su intención es poner el acento en la calidad de los servicios y en la innovación.
