La crónica de una muerte anunciada. Así podríamos titular la noticia del cierre del Centro Tecnológico que la compañía Ericcson tiene en Zamudio (Bilbao) y es que aunque la metáfora ciertamente es demasiado fácil, responde a la perfección a tan desgraciado anuncio.
Un total de 106 trabajadores perderán su trabajo como consecuencia de un cierre que es “inevitable” según Ericsson al “no poder asegurar la existencia de trabajo para el centro más allá del próximo otoño” y ante “la imposibilidad de consolidar alianzas estratégicas que posibiliten la viabilidad del mismo”.
El cierre, que se ejecutará en breve (la compañía no ha querido dar una fecha exacta), irá acompañado de “medidas no traumáticas” que faciliten la recolocación laboral de los 106 trabajadores y seguramente, del pacto de bajas incentivas entre Ericsson y su plantilla.
Tal vez lo peor de esta decisión es que no ha sorprendido a nadie. “Estamos convencidos de que se quieren deshacer del Centro de forma que no se note y no haga mucho ruido”. Estas palabras eran pronunciadas, y reproducidas por REDES & TELECOM, el pasado mes de marzo de 2002 por Salvador Jiménez, presidente del Comité de Empresa del Centro Tecnológico de Zamudio. Una predicción que no ha hecho ahora sino confirmarse.
