“Por segundo año consecutivo, el sector de las telecomunicaciones mostró en el ejercicio 2002 una tendencia al estancamiento en sus cifras de tráfico e ingresos, con una reducción de las inversiones y la aplicación de los primeros planes de ajuste en las operadoras que continúa en el presente año 2003”. Éstas son algunas de las conclusiones que se extraen del Informe Anual 2002 de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), presentado en la sede de la Junta de Galicia, en Santiago de Compostela.
En dicho informe, que empieza con una carta del presidente de la Comisión, Carlos Bustelo, en la que señala que el objetivo de la CMT va a ser el de salvaguardar las condiciones de competencia para aumentar la rentabilidad de las empresas y relanzar la inversión, se señala también que el mercado de comunicaciones fijas ha llegado a un grado de maduración que ha provocado una migración cada vez mayor hacia la telefonía móvil. Y es que, atendiendo a los datos presentados por la CMT, se descubre que el volumen de facturación de los operadores de comunicaciones fijas ha experimentado un crecimiento mínimo del 1,7 por ciento, al tiempo que los ingresos totales por servicios totales de telefonía fija han disminuido un 2 por ciento.
En lo que respecta a las operadoras de comunicación móvil, y a pesar de tener una mejor evolución que la de las comunicaciones fijas, éstas también han realizado ajustes, reduciendo gastos en publicidad, inversión, empleo y volumen de endeudamiento, con el objetivo de adaptarse a un sector en competencia en el que las reducciones de precios han sido mayores que los incrementos en el tráfico por cliente, lo que provocado una reducción del 7 por ciento de los ingresos por cliente. El número de clientes de móviles aumentó un 13 por ciento.
Por otro lado, el sector del cable obtuvo una cuota del 28 por ciento de la banda ancha, medida en número de usuarios. La acción de los operadores de cable se centró en la comercialización de sus servicios sobre las redes existentes, pasando el despliegue de la infraestructura a un segundo plano. Esta tendencia se manifiesta en el número de clientes de acceso directo, aproximadamente un 57 por ciento, y en la disminución de las inversiones, un 44 por ciento.
