Telefónica sigue soltando lastre

Publicado el 31 Jul 2003

Después de lograr deshacer parte de los entuertos heredados de la etapa Villalonga, con la reducción a la mínima expresión su negocio UMTS, la venta de Antena3 y Vía Digital y el lanzamiento de una OPA por Terra, dirigida a contener una sangría de demasiados millones de euros anuales, Telefónica parece no haber soltado todo el lastre necesario para enfrentarse al futuro con las garantías de éxito que desearía.

Por esta causa, la compañía ha decidido dar una nueva vuelta de tuerca a sus planes de saneamiento económico y recurrirá a realizar una significativa reducción de su plantilla durante los próximos cinco años. Es en este contexto en el que se produce el anuncio de que prescindirá del 37 por ciento de sus trabajadores hasta 2007, de forma que uno de cada tres empleados, 15.000 en total, se verá afectado por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), ahora en fase de negociación entre la empresa y los sindicatos.

No es la primera vez que la Operadora ha vuelto los ojos hacia su personal a la hora de intentar rebajar gastos. De hecho, ya había acometido una drástica operación de reducción de efectivos en los últimos años, que se tradujo en un recorte de su plantel de trabajadores en 29.000 personas entre 1995 y el pasado año. Sin embargo, tan enorme aligeramiento de la plantilla y las restantes medidas adoptadas por la compañía parecen haber sido insuficiente para asegurar la competitividad de Telefónica en el nuevo entorno en el que se mueven las Telecomunicaciones.

Resulta indudable que los últimos dos años han resultado particularmente difíciles para las grandes operadoras nacionales europeas, aunque también es cierto que Telefónica aparece en todos las quinielas como una de las mejor colocadas de cara al futuro y de las que con mayor éxito han sabido capear el temporal.

Seguramente, en ese buen posicionamiento habrán tenido mucho que ver el acierto de las decisiones de sus directivos, pero no menos con el buen saber hacer, la experiencia y la dedicación de sus empleados, un activo al que ahora está dispuesto a renunciar la Operadora en aras de una competitividad y un futuro tan lleno de posibilidades como de interrogantes.

Y si hablamos de incógnitas, una y bien grande es la que se cierne sobre el ministerio de Ciencia y Tecnología, indirectamente afectado por los acontecimientos relacionados con la falta de gobierno en la Comunidad de Madrid.

Todo apunta a que la repetición del proceso electoral madrileño y el correspondiente retraso de los comicios autonómicos en Cataluña, para evitar la coincidencia de ambos y solapándose prácticamente con las elecciones generales, obligará a prorrogar más tiempo del previsto la presencia de Josep Piqué al frente de Ciencia y Tecnología y retrasar el nombramiento de un sustituto que será visto y no visto en el cargo por la proximidad de su elección con la celebración de las generales en marzo de 2004.

La cuestión sucesoria ya está abierta, pero parece haber un nulo entusiasmo entre los posible candidatos porque, por no poder, no tendrán ni tiempo para calentar el sillón antes de que llegue su sustituto.

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Redacción RedesTelecom

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