Telefónica anda estos días intentando buscar soluciones a un problema que se viene acentuando en los últimos tiempos. El bajo número de antenas que hasta la fecha se ha colocado en nuestro país se presenta como un serio impedimento para la operadora, sobre todo ahora que el UMTS ya se prevé próximo. Y es que según indica la última campaña de mediciones efectuada hace un año, entre las tres operadoras móviles (Telefónica, Vodafone y Amena), se han desplegado unas 23.000 antenas, un número que, según estos operadores, pone en peligro la calidad del servicio móvil y puede frenar el tan esperado despliegue de la telefonía de tercera generación.
En este sentido, la compañía ha aclarado que la razón de que no pueda continuar con el despliegue se encuentra en las trabas legales que los ayuntamientos españoles están poniendo a esta iniciativa, unos impedimentos que provocaron que durante el año pasado Telefónica sólo pudiese instalar el 20 por ciento de las antenas que tenía previsto implantar.
Para paliar este problema, la operadora, según publica Cinco Días, mandará a sus comerciales a todos los pueblos de España para hablar con los alcaldes y convencerles para que dejen instalar los citados dispositivos.
A la espera de que esta solución dé sus frutos, la operadora instalará buena parte de las antenas para UMTS en los emplazamientos donde actualmente tienen otras.
