Tras el reciente lanzamiento de sus últimos procesadores, ahora le toca el turno a los chipsets, pues por fin se conocen los detalles de Alderwood y Grantsdale, sus antiguos nombres en código. Intel trata de avanzar en la plataforma de sobremesa, para que todos los elementos del PC vayan al mismo ritmo. Y el chipset es fundamental en cualquier configuración. Por eso lanza dos modelos distintos, el estándar y para producción en volumen, 915 y el más alto de gama, 925. En cuanto a los 915, aparecen en dos versiones distintas, 915 G, con gráficos integrados y 915 P, sin esta característica. En todos ellos se han modificado prácticamente todas las características, integrando más elementos para abaratar costes y facilitar su instalación y manejo, lo que es una ventaja sobre todo en entornos de empresa.
Así, ha cambiado la memoria, que ahora es de doble canal DDR2 a 533 MHz, lo que permite un mayor ancho de banda, cuenta con hasta cuatro puertos Serial ATA. En cuanto a tecnologías nuevas, ahora dispone de Intel Matrix Storage Technology, que permite diferentes configuraciones de disco, así como Intel Wireless Connect Technology que facilita la configuración del PC como punto de acceso. Una de las principales novedades es que los buses PCI han sido reemplazados por PCI Express. Para gráficos, cuenta con slots PCI Express X16, el nuevo estándar para tarjetas gráficas. También dispone de 8 puertos USB e integra Intel High Definition Audio, por lo que ya no es necesario contar con tarjeta de sonido para disfrutar de calidad surround.
Asimismo, han sido mejorados los gráficos con Intel Graphics Media Acceletar 900, que optimiza el rendimiento en 3D. El link entre el northbridge y el southbridge ha sido también mejorado. Con todas estas novedades, se beneficiarán sobre todo dos mercados: el hogar y la oficina digitales.
