Auna se debate entre comprar o ser vendida

Mientras el Grupo Auna lanza una OPA hostil para hacerse con el cien por cien de ONO, cinco sociedades de capital riesgos proponen comprar Auna por 11.000 millones de euros, un precio inferior al que estima el Grupo.

Publicado el 29 Dic 2004

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El segundo operador de telecomunicaciones de nuestro país, Grupo Auna, deshojaba el pasado noviembre la margarita para despejar la duda de “seducir” o “ser seducido”, eso sí, con millones de euros de por medio. En menos de una semana, Auna se ha visto con una propuesta de compra lanzada hacia ONO y una posible venta del propio Grupo tras conocerse la intención de adquisición de Auna por parte de cinco sociedades de capital riesgo.

Todo comenzó el jueves, día 11, cuando en una reunión de la comisión ejecutiva de Auna, los socios presentes aprobaban por unanimidad una oferta hostil lanzada a ONO por valor de 2.400 millones de euros. La propuesta fue presentada por escrito al operador de cable el lunes, día 15, acordando que de la cantidad anunciada 1.050 millones se ingresarían en la tesorería de los accionistas de ONO, mientras los 1.350 millones restantes se entregarían para asumir la deuda de ONO.

Aunque Auna daba a los accionistas de ONO un plazo de 15 días para pronunciarse sobre la oferta, ese mismo lunes, el operador de cable anunciaba en un comunicado oficial y por boca de su presidente, Eugenio Galdón, accionista de la compañía a través de Multitel que cuenta con el 8,7 por ciento de las participaciones, un tajante rechazo a la OPA hostil manifestando que “la cantidad propuesta por Auna no guarda ninguna proporción ni con el capital invertido, ni con las perspectivas de crecimiento de nuestra empresa. Los accionistas de ONO han decidido rechazar esta propuesta de adquisición. Por lo tanto, seguiremos centrados en la ejecución de nuestro plan de negocio”.
Lejos de desanimarse, Auna jugaba el martes, día 16, su segunda partida presentando, esta vez, su lado más seductor a los accionistas extanjeros. El Grupo mostraba, de este modo, su intención de mantener conversaciones con los accionistas norteamericanos (GE Capital, Bank of America y Caisse des Depôt et Placement du Québec) que controlan el cien por cien de Spaincom, empresa con el 46 por ciento de ONO y mayor accionista del operador de cable. El papel de Spaincom es especialmente relevante si se tiene en cuenta que, con el apoyo de cualquier otro accionista, gozaría de mayoría simple para aprobar la venta.

A la espera de contestación por parte de los accionistas norteamericanos, el Grupo Auna ha visto como cambiaban las tornas cuando ese mismo martes, día 16, saltaba a la palestra la propuesta de compra de Auna por parte de cinco sociedades de capital riesgo por 11.000 millones de euros. En cuestión de horas, el operador pasaba de comprador a estar en el punto de mira de una operación de adquisición gracias a una oferta todavía no escrita y que podría materializarse en breve- por parte de las estadounidenses Blackstone, Carlyle y Provedence Private Equity y las británicas Apax y CVC Capital Partners.
En esta ocasión, eran los accionistas de Auna los reacios a pactar. Aunque cualquier declaración al respecto se esperaba como agua de mayo, la más valorada era la procedente del Banco Santander que cuenta con más del 27 por ciento de Auna y con un 18,3 por ciento de ONO. Al final, el presidente de la entidad bancaria, Emilio Botín, aseguraba que su compañía se mantendría “neutral” ante la oferta de Auna hacia ONO, mientras eludía pronunciarse ante una posible venta de la primera. En general, la postura de los accionistas de Auna ha sido la de no decantarse ante la oferta de compra, máxime teniendo en cuenta que la misma no se ha comunicado oficialmente y por escrito. Pero se sabe que esos 11.000 millones de euros no convencen a los accionistas mayoritarios que recuerdan cómo en diciembre de 2001, cuando el Banco Santander y las eléctricas Endesa y FENOSA compraron a Telecom Italia su participación en Auna, las acciones de la operadora ya se valoraban en 7.446 millones de euros; mientras la propia operadora se adjudica a sí misma una valoración cercana a los 14.000 millones de euros al aplicar los múltiplos utilizados para calcular la oferta por ONO.
La fusión de Auna y ONO permitiría conformar un segundo operador integral en el mercado español, con telefonía fija a través de cable, telefonía móvil, Internet y televisión. El nuevo Grupo Auna, reforzado con la aportación de ONO, se convertiría así en una competencia real para Telefónica.

La integración de ONO en Auna daría como resultado un operador con 1,6 millones de clientes de cable: el primero aportaría sus más de 700.000 abonados, de los cuales unos 20.000 son empresas, al tiempo que Auna contribuiría con 815.000 clientes a los que da servicio con red propia de telefonía, Internet y televisión; más otros 800.000 de acceso indirecto en España.

Tanto Auna como ONO se han lanzado en los últimos meses a la compra de operadores locales repartidos por la geografía española de manera que han conseguido dividirse el mapa del mercado del cable sin confrontaciones. Recordemos cómo, recientemente, Auna adquiría Tenaria, el operador de Navarra y La Rioja, mientras ONO finalizaba el pasado mes de octubre la compra de Retecal, operador de Castilla y León. Actualmente, Auna presta servicios de cable en Andalucía, Aragón, Canarias, Cataluña, La Rioja y Madrid; mientras que ONO se extiende por Cádiz, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Huelva, Mallorca y Murcia. Ahora, las tres operadoras de cable locales que se mantienen en sus puestos sin aceptar ofertas de compra y compiten con ONO y Auna son Euskaltel en el País Vasco, R en Galicia y Telecable en Asturias.

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Redacción RedesTelecom

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