El catedrático expresó su convicción de que el nivel de incertidumbre -que siempre ha existido en este sector-, se incrementará en los próximos años debido a que nos encontramos “ante el inicio de una nueva etapa inversora”. Sí existen, no obstante, una serie de certezas, como es el hecho de que el usuario demande una comunicación “interpersonal, multimedia, con contenidos ricos y ubicua, es decir, desde cualquier dispositivo y en cualquier momento y lugar, así como con un coste cada vez menor. Lo que no está claro es cómo se concretarán las ofertas de los operadores” explica Pérez Martínez.
El catedrático de la Politécnica destacó varios puntos a lo largo de su presentación. En primer lugar, mencionó la influencia que tendrá la regulación sobre la evolución de las redes de banda ancha móvil.
También hizo hincapié en las marcadas diferencias existentes entre la banda ancha móvil y la fija, lo que implica que sean difíciles las comparaciones entre Wimax y 3G. En este sentido, todas las tecnologías tendrán su hueco de cara a un futuro aunque su influencia será diferente en función del área geográfica. En Europa, donde UMTS es la tecnología más generalizada, será HSPA la que tenga las de ganar a medio plazo. No obstante, la posibilidad de que se lancen al mercado terminales con Wimax integrado provoca que a largo plazo pueda cambiar este escenario. En cuanto a las tecnologías más alternativas (Wimax G, el estándar de Wimax en movilidad) y LTE (Long Term Evolution), surgen dudas respecto al papel que desempeñarán.
Por último, Jorge Pérez indicó que desde GAPTEL (Grupo de Análisis y Prospectiva del sector de las Telecomunicaciones) se prevé que en un futuro se disparen las líneas de banda ancha móvil, hasta el punto de llegar a ser sustitutivas de las fijas, como ya está ocurriendo en la voz.