El maná de la movilidad

La correcta regulación del espectro radioeléctrico es uno de los factores determinantes para que la banda ancha móvil sea una realidad. La neutralidad tecnológica podría aumentar considerablemente la eficiencia del mismo.

Publicado el 15 Abr 2008

Por Virginia Toledo

Uno de los aspectos más decisivos en el sector de las telecomunicaciones de cara a un futuro próximo es el desarrollo de la banda ancha en movilidad. Tanto empresas como operadores están apostando por la implantación de redes inalámbricas y móviles, como complemento y elemento indispensable de su sistema de comunicaciones. Este tipo de infraestructuras es indispensable para alcanzar el nuevo paradigma de la ubicuidad en el acceso, es decir, la posibilidad de un usuario conectado en cualquier tiempo y lugar, desde cualquier dispositivo. Pero además, hoy en día hay que garantizar la conexión a todas las aplicaciones de la empresa y a todos los servicios, por mucho ancho de banda que requieran.
Según analistas de Ericsson, las perspectivas actuales indican que en el año 2012 habrá cerca de 2.000 millones de usuarios de banda ancha móvil. Y lo que es aún más significativo: en este periodo se va a experimentar un crecimiento sin precedentes en el uso por persona de los recursos de la red y una proliferación masiva de servicios que requieren un alto ancho de banda. En suma, el crecimiento previsto prevé multiplicar por cincuenta las necesidades de tecnologías radioeléctricas que utilizarán anchos de banda más amplios (hasta 100 MHz por canal y operador, frente a los actuales 5 MHz por canal y 10-15 MHz por operador). También serán necesarias mayores capacidades de transmisión (100 Mbps en situaciones de alta movilidad y 1 Gbps en condiciones nomádicas). Alfonso Aguado, responsable de Marketing Estratégico de Ericsson España, destaca que “la UIT, consciente de estas necesidades, ya estimó en su momento que para el periodo 2015-2020 serían necesarios entre 700 y 1200 MHz adicionales para las comunicaciones móviles”.
La banda ancha inalámbrica está, por tanto, ávida de espectro, por lo que la liberación de frecuencias y una correcta regulación del mismo por parte de las autoridades competentes son dos factores esenciales. Felix García, director de Soporte Técnico para Redes Inalámbricas de Alcatel-Lucent, afirma que “el servicio de tercera generación se ofrece actualmente utilizando las bandas de frecuencias asignadas por el regulador”. En concreto, cada operador dispone de hasta tres portadoras FDD en la banda de 2,1 GHz y las velocidades que se alcanzan hoy son de hasta 7,2 Mbps en el enlace descendente utilizando HSDPA y 2 Mbps en el enlace ascendente utilizando HSUPA. “El caudal total de datos –prosigue Felix García– se multiplica mes a mes y están empezando a aparecer los primeros cuellos de botella en algunas zonas urbanas densamente pobladas, por lo que el riesgo de saturación existe aunque no creemos que se alcance dicha saturación a corto plazo”.
Mejorar la eficiencia en el uso del espectro es fundamental, no obstante, no sólo para evitar la saturación del tráfico de datos, sino también para favorecer la penetración en interiores, permitir la cobertura rural de forma rentable o mejorar la competencia. Medidas como la creación de un mercado secundario o la neutralidad tecnológica en el uso del espectro podrían desencadenar todas estas ventajas.

Rango de frecuencias
De cara a la banda ancha inalámbrica, cualquier frecuencia que pueda liberarse es susceptible de ser requerida para ésta:
-Las bandas tradicionales para redes móviles 900 MHz/1800 MHz/2100 MHz. “Actualmente la banda de 900 MHz sólo puede ser utilizada para dar servicio móvil con tecnología GSM. Sin embargo, los operadores reclaman desde hace tiempo su liberalización para poder dar servicio UMTS en dicha banda –de hecho ya está disponible la tecnología necesaria- debido principalmente a su mayor alcance en entornos rurales y mejor penetración de interiores para entornos urbanos”, explica Félix García. En esa misma línea se expresa Claudio Feijóo González, coordinador del informe Gretel “La evolución de la gestión del espectro radioeléctrico” del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT), y puntualiza que “en principio hace falta un cambio legislativo para que puedan utilizar esta banda de frecuencias para desplegar soluciones con otras tecnologías como UMTS, HSPA o WiMAX. La cuestión es que no todos los operadores tienen licencia para esta banda de frecuencias.”.

-Banda de frecuencia de 3,5 GHz, que se quiere utilizar para sistemas WiMAX (en España ya ha sido asignada a cuatro operadores y hay una quinta banda reservada al Ministerio de Defensa para servicios de radiolocalización).
-El posible espectro (dividendo digital) o bandas UHF que se liberarán tras el apagón analógico e implantación de la TDT.
-Banda de 2,5 GHz-2,7 GHz recientemente reservada para uso futuro de tecnologías IMT-2000 (WiMAX, LTE. etc.)
Además de para las tecnologías 4G, la liberación de frecuencias también afecta a la TV en el móvil en bandas UHF y satelital.
Aunque la regulación del espectro afecta directamente a las tecnologías de cuarta generación que permiten la banda ancha en movilidad, lo cierto es que –como señala Alfonso Aguado- los principios rectores de esta regulación (tanto a nivel nacional como europeo) son la neutralidad tecnológica y de servicio así como la flexibilidad en la gestión del mismo. Esto supone que las tecnologías ocupan un segundo plano en aras a la mayor eficiencia en los despliegues, la calidad y riqueza de la oferta comercial y el valor aportado al usuario final.
Como destaca Claudio Feijoo, “introduciendo el mercado secundario del espectro como primer paso (con todas las condiciones y precauciones necesarias) y, posteriormente y en un proceso muy gradual y controlado, liberalizando el uso del espectro para desligar su uso de una tecnología y un servicio concretos”.

Mercado secundario
Una de las peticiones de los operadores para mejorar la eficiencia del espectro radioeléctrico consiste en al creación de un mercado secundario de frecuencias, es decir, la posibilidad de que existan transacciones comerciales entre operadores sobre las frecuencias radioeléctricas. “En España hay empresas y operadores que disponen de un caso de negocio o aplicación de alguna tecnología móvil, como puede ser el caso de WiMAX y, sin embargo, no lo pueden llevar a cabo por falta de espectro disponible”, explica Felix García.
Fuentes de la Asociación de Empresas Operadoras y Servicios de Telecomunicaciones (ASTEL) detectan cuatro ventajas principales como consecuencia de la creación de dicho mercado:
-Posibilita un uso más eficiente de este recurso público escaso, permitiendo que los titulares que no utilicen este activo lo rentabilicen y los operadores interesados puedan acceder al mismo.
-Como consecuencia de lo dicho anteriormente, el valor del espectro pasa a determinase por el mercado, según la ley de la oferta y la demanda.
-Promueve la competencia entre operadores, ya que permite acceder a nuevas empresas al mercado eliminando barreras de acceso y permite completar el catálogo de servicios de los operadores ya establecidos, favoreciendo la innovación.
-Ayuda a eliminar la brecha digital en aquellas áreas remotas en donde no lleguen otras formas de acceso más costosas.
Los riesgos pueden venir dados por el acaparamiento de espectro en manos de operadores con peso significativo del mercado con la finalidad de evitar de forma fraudulenta el acceso de otros competidores a este recurso escaso.
En cuanto a los riesgos, Claudio Feijoo sostiene que el mercado secundario de espectro requiere “fijar con detalle las condiciones iniciales de las licencias de uso del espectro (algo que, en general, no se hizo en su momento ya que entonces no se tuvo en cuenta la posible existencia de este mecanismo en el futuro). También hay que delimitar qué es posible comerciar y cómo, así como introducir mecanismos para evitar que simplemente se convierta en un mercado especulativo”.
Por tanto, una condición sine qua non para crear este mercado secundario, sería la de velar para evitar el abuso de posición dominante y para garantizar la transparencia en la negociación de precios y condiciones comerciales.

Mejorar la eficiencia
Desde la Unión Europea y la Administración Pública española se han iniciado procesos regulatorios en el afán de mejorar la eficiencia del espectro radioeléctrico. En el marco de la revisión del marco normativo europeo de 2003, la Comisión Europea presentó en noviembre del año pasado sus propuestas para garantizar un uso más eficiente promoviendo la liberalización y comercialización del espectro radioeléctrico.
Según fuentes de ASTEL, la filosofía general que subyace en la nueva regulación Europea –y que apoyan desde la asociación- se puede resumir en dar mayor flexibilidad en la gestión de este recurso escaso reduciendo los requerimientos administrativos para acceder al mismo; propiciar la neutralidad tecnológica y de servicios estableciendo como regla general la flexibilidad en su uso estableciendo limitaciones sólo en aquellos casos debidamente justificados por razones de seguridad publica, interferencias, etc… siendo dichas limitaciones periódicamente revisables; y salvaguardar la capacidad de las Autoridades Nacionales de reglamentación para adoptar medidas de publicidad de las transferencia de derechos de uso para evitar que dicha transferencia pueda ocasionar un falseamiento de la competencia al acapararse en determinadas empresas.
Por su parte, en España se encuentran pendientes de aprobación varios proyectos que inciden en esta materia, especialmente hay que señalar el Proyecto de Reglamento de desarrollo de la Ley 32/2003 de 3 de Noviembre General de Telecomunicaciones en lo relativo al uso del dominio publico radioeléctrico presentado el año pasado.
“Ciñéndonos a este Reglamento y en relación con las medidas de comercialización del espectro, ASTEL cree que es mejorable la regulación de la cesión de derechos de uso, ampliando el catálogo de bandas susceptibles de cesión. Concretamente creemos que debería incluirse la banda de 3,4 a 3,6 Ghz ya que no creemos que existan razones objetivas para su exclusión”.
En esta misma línea se pronuncia Alfonso Aguado, de Ericsson, quien cree necesario seguir con el esfuerzo de asignar más espectro al mundo de las comunicaciones móviles, en especial en las bandas bajas como UHF, la cual permite hacer posible que la banda ancha móvil sea una realidad incluso en los entornos rurales evitando los riesgos de extender la brecha digital.
Para Felix García, la gestión del espectro sería más eficiente si se favoreciera la neutralidad tecnológica. “Además habría que considerar la supervisión del uso real del adquirido utilizando medidas coercitivas si fuera necesario –avisos-, multas o cancelación de las concesiones- en caso de incumplimiento de los planes industriales de explotación de dicho espectro. Por otro lado, deberían agilizarse al máximo los procedimientos administrativos para permitir la mayor flexibilidad posible en el aprovechamiento del espectro ocioso”.
Todas estas medidas, con la transparencia como principio máximo de todas ellas, favorecerán un uso más eficiente del espectro que garantizará una banda ancha real en movilidad.

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Redacción

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