El Ministerio de Cultura británico está valorando la posibilidad de negociar con la nueva administración de Barack Obama un conjunto de normas internacionales para controlar algunos aspectos de sitios web en lengua inglesa. La idea es proteger a los menores de páginas ofensivas o perjudiciales para su edad. Además, los proveedores de Internet también podrían ser obligados a ofrecer contenidos en los que las únicas páginas accesibles sean las indicadas para los infantes.
Al parecer, desde el departamento de Cultura del ejecutivo británico consideran que ciertos contenidos no deberían estar disponibles para verse en Internet, al menos por menores, y que se debe caminar hacia un nuevo estándar de decencia. Burnham, ministro de Cultura británico, ha declarado al diario The Daily Thelegraph que esta no es una “campaña contra la libertad de expresión”, sino que se pretende proteger un “interés público más amplio”. Además, el titular de la cartera de Cultura también señala que la idea inicial de los creadores de situar Internet fuera del control del Gobierno debe replantearse.