Cristina López
Con sólo 29 años era director general de LKS Consultores en Galicia y, no contento con ello, decide montar su propio negocio. A este ritmo, ¿se ve pilotando una gran cuenta como Fujitsu o Samsung antes de los 40?
No me veo pilotando una nave como Fujitsu porque solo tengo intención de pilotar la mía. Como profesional he conseguido sacar mucho fruto de Blusens y no pienso en otros proyectos. Cualquiera con una vena emprendedora tan fuerte como la mía sólo piensa en desarrollar su propio negocio. Únicamente contemplo dedicarme a mis propios proyectos y no a los de terceros.
Decidió crear junto con un amigo tan espabilado como usted, Miguel Silva, Blusens y dedicarse al mercado de consumo sin tener conocimiento previo del sector, ¿sería tan temerario a día de hoy con una crisis económica de por medio?
Yo creo que sí, pero siempre en el mundo de la electrónica de consumo, donde es posible tener un producto estrella que se venda fácilmente incluso en época de crisis. La electrónica de consumo hace algo que nadie más puede: convierte bienes prescindibles, en productos imprescindibles. Eso ha propiciado que este año hayamos crecido un 40 por ciento en ventas; la gama marrón es capaz de convertirse en un bien imprescindible para el consumidor.
Empezaron con un capital de 3.006 euros en una oficina de 30 metros cuadrados. Dígame, ¿por qué en un país con un 90 por ciento de tejido empresarial formado por pymes hay tan pocos proyectos que comiencen en un garaje y acaben siendo una multinacional como ocurre en Estados Unidos?
Es un problema cultural, somos un país con muy poco espíritu emprendedor. Y las causas se ven en todos los ámbitos, en los centros educativos no se habla de empresas; en nuestras familias se potencia más el “hijo, hazte funcionario” que “hazte empresario”, y los medios de comunicación trasladan una imagen no muy grata del hombre de negocios, es preferible ser un joven que da patadas a un balón. La sociedad española gira en torno a la imagen modélica de otras figuras y no la del empresario. En Estados Unidos, el que emprende y fracasa es una persona a respetar por su valentía, en España el que fracasa es un fracasado y el que acierta genera envidias y, además, se presupone que explota a sus empleados. Es lamentable, porque tenemos formación teórica de sobra, pero nos falta formación práctica. Ahora, no va a quedar más remedio que tratar de cambiar, esta crisis está pidiendo una catarsis donde el que no sea capaz de ofrecer proyectos innovadores se quedará en el camino.
El pasado mes de septiembre abrieron oficinas en Madrid para seguir creciendo. A pesar de tanta virtualización y telepresencia, ¿seguimos sin ser capaces de dar cobertura a todo el país sin hacer parada en la Villa y Corte?
Nos oponemos a estar en Madrid, presumimos de tener la sede y la mayoría de los empleados en Galicia. Al final, hemos abierto oficina en la capital porque lo pedía el departamento de marketing y comunicación y para ubicar el sello discográfico, pero somos muy críticos con eso de tener que estar en Madrid si te dedicas a la tecnología.
La compañía está presente en países como España, Reino Unido, Méjico, Uruguay, Canadá, Dubai y China, y su intención es operar en más de 50 países antes de llegar a 2010. ¿Cómo se – leccionan los países donde vender?
Hemos desarrollado un plan de internacionalización con un reto de 50 estados, donde nos instalamos en países que tengan una gran cobertura regional, una conexión amplia. Por ejemplo, elegimos Dubai porque está en el centro del Este de África y llega a controlar casi hasta la India.
Recientemente han puesto el catálogo de música de Blusens Music en Internet en más de 250 tiendas legales de descargas y suscripción por la Red. ¿Qué negocio le gustaría ver en Internet y aún no ha sido nadie capaz de llevar al ciberespacio?
Hay que reconocer que la Red lo ha cambiado todo. La creación del sello discográfico es un buen ejemplo de cómo Internet puede salvarnos en tiempos de crisis. Nosotros vimos que el mercado de la música podía avanzar desde plataformas digitales, apostamos por grupos nuevos y nos ocupamos de lanzarles estando presentes en toda la cadena de producción, desde la creación del disco a la promoción.
El futuro será la fusión de la televisión e Internet, cada vez se verá más tele en un televisor conectado a Internet, con acceso a contenidos digitales y que permita hacer vídeos para subir a Youtube o alquilar películas a la carta. La tecnología ya está y la revolución se está produciendo.
En ocho años Blusens ha crecido como la espuma en ingresos y su objetivo es rondar los 90 millones en 2010, ¿tienen la fórmula secreta de la Coca-Cola y la explotan sin saberlo nadie?
Lo nuestro ha sido cuestión de sumar al trabajo más trabajo y saber acertar con el producto estrella del momento. No somos un fabricante de MP3 o de televisiones, sino un fabricante de electrónica de consumo. Hay que ser capaz de pillar todas las olas que vienen, el secreto está en la innovación porque un negocio como el nuestro hay que reinventarlo cada seis meses. Además, para subirse a la ola, hay que verla venir y desarrollar el producto antes que la competencia, en caso contrario, te mueves más como un oportunista y no como un fabricante con éxito y capaz de perdurar en el tiempo.
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