Hay dos hechos destacables en las comunicaciones para empresas tras la pandemia: empresas y organismos públicos han cambiado la forma de trabajar de sus equipos y de su relación con sus grupos de interés; y ha aumentado la percepción de que los datos de los usuarios que fluyen por las plataformas de comunicaciones y redes son un bien que debe protegerse.
Además, a medida que las restricciones de la pandemia disminuyen, la presión para la transformación digital de las empresas aumenta: para conectar personas y activos y proteger contra los ciberataques, y reducir a la vez la huella de carbono.
Hacia un puesto de trabajo híbrido …
El puesto de trabajo ha cambiado cualitativa y cuantitativamente: aparece el lugar de trabajo virtual y aumenta el uso de herramientas colaborativas de comunicación. El teletrabajo necesita conexión desde casa con infraestructuras de red seguras y con funcionalidades de comunicación que acercan personas, y también objetos que la digitalización mete en los procesos de transferencia de información del negocio.
Así, las empresas cambian la filosofía de trabajo: se plantean un puesto flexible para personas, con un enlace continuo hacia sus procesos de negocio, independientemente de dónde estén los nodos de inteligencia de la comunicación (empleados, usuarios, dispositivos IoT o software de negocio). Las personas se comunican y deciden apoyados en los dispositivos que envían información y automatizan acciones. A esto ayuda en nuestro país el estado de madurez de las comunicaciones en nube.
La digitalización de las comunicaciones flexibiliza el puesto de trabajo, habilita funciones y crea actividades más productivas
Se trata de un puesto de trabajo híbrido en la oficina, en casa, de viaje, con empleados, usuarios, objetos conectados y herramientas de procesos.
… con datos protegidos
Estas nuevas formas de comunicación en nube suponen un elevado número de transacciones de datos en los flujos comunicativos. Muchos de esos datos son personales o confidenciales. Gracias al Reglamento general de protección de datos (RGPD), los ciudadanos de la UE tenemos un alto control sobre nuestros datos personales. Organismos públicos y empresas deben conocer dónde están almacenados los datos y cómo se protegen. Hay países europeos que exigen que sus centros de datos de servicios en nube estén ubicados en un país de la UE.
Cuando las organizaciones evalúan diferentes opciones tecnológicas para sus clientes (como los servicios de comunicaciones) ya consideran en su mayoría que los suministradores de tecnología aseguren el cumplimiento RGPD, que los centros de datos de la solución tecnológica estén dentro de las fronteras de la UE.
Tener los datos de los ciudadanos españoles protegidos es fundamental para las Administraciones. Los suministradores de comunicaciones tenemos el reto de asegurarlo, en nubes híbridas, públicas o privadas.
En resumen: la digitalización de las comunicaciones flexibiliza el puesto de trabajo, habilita funciones y crea actividades más productivas, con un aumento del intercambio y almacenamiento de datos que deben protegerse frente a ciberataques con soluciones tecnológicas certificadas por las Administraciones españolas.