Las aplicaciones de negocio generan una media de un millón de dólares de deuda

La cifra ha sido ofrecida por la empresa CAST, que se dedica a crear software de análisis y medición, que además evalúan la calidad de las aplicaciones.

Publicado el 25 Oct 2011

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La deuda técnica es el coste que supone resolver los problemas de calidad en una aplicación de software. Si dichos problemas de calidad no se solucionan, es casi seguro que se pone en riesgo el negocio de la empresa. CAST, calcula que una aplicación de negocio tiene más de un millón de dólares de deuda técnica. Por este motivo, la calidad del software se puede medir, tiene repercusiones económicas y es un factor de riesgo, según resumió ayer, Paul Bentz, ex CIO de Allianz y Paribas y consejero de CAST, en la jornada para Directivos de TI sobre “La medida de calidad del software y la deuda técnica”, que se ha celebrado en Madrid.
Bentz comentó, en su presentación, que tanta es la repercusión de la calidad del software que, por ejemplo, “Loterías del Estado” francesa evaluó en 17 millones de euros las pérdidas ocasionadas al no celebrarse un día un sorteo, sin contar, evidentemente, su repercusión reputacional. Élide Lucas, Country Manager para España y Portugal de CAST, confirmó, por su parte, que cada vez se espera más del área de Tecnología de la Información de las organizaciones debido a las grandes dificultades en la cartera de aplicaciones, cambios en los aplicativos al ritmo del cambio de negocio y, además, se necesita que funcionen en producción de manera fiable, lo que se traduce, al final, en obligaciones de seguridad y continuidad de servicios cada vez más crecientes.
Jaime García Cantero, analista independiente, habló que de la crisis no se sale con el recorte sino con la transformación, es decir, con innovación e industrialización y que en España la cartera del software es una pesadilla porque nunca muere, lo que significa que una aplicación buena o mala se mantiene en el tiempo, derivándonos, por lo tanto, “al síndrome de Diógenes tecnológico”.
García Cantero abogó por la necesidad del control y proveerlo de sus herramientas; la automatización, ya que la calidad y el control son nuevas formas de nuestro software; empezar desde el origen: la calidad comienza desde el momento anterior al desarrollo y, por último, el control y la calidad es desde el origen y hasta el final.
La jornada contó también con la intervención de Bill Curtis, director del Consorcio de TI para la Calidad del Software (CISQ), que habó de la base de datos de CAST para medir la deuda técnica, que se llama Appmarq. Esta base de datos incluye información referente al tamaño del software, complejidad y calidad estructural de alrededor de 300 aplicaciones de un total de 75 organizaciones de Tecnologías de la Información de todo el mundo y con más de 8.000 puntos de datos distribuidos a través de 27 atributos. Fernando Duro, Director de Desarrollo de Repsol; Julio Pérez, Director de Arquitectura y Productos de Software en Indra; María América Álvarez, Ex CIO Principado de Asturias; Gema Perea, Directora de Transformación de Banco Popular ; María del Pino Marrero, Responsable de Explotación, Dirección de Operaciones en Endesa; Ulises Arranz, Senior Executive en Accenture, hablaron de sus experiencias en sus organizaciones sobre la calidad para aceptar cualquier aplicación antes de pasar a producción ; cómo contar y comparar el número de infracciones de calidad estructural de las aplicaciones, y cómo potenciar los procesos de reducción del riesgo.

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Redacción RedesTelecom

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