Las estadísticas muestran que el 80% de las empresas identifican la “transformación digital” como su principal prioridad estratégica, pero apenas el 5% considera que la dominan. ¿Por qué se produce esta brecha?
Alcanzar una experiencia digital hasta el nivel de convertirse en una ventaja competitiva re¬quiere que toda la organización esté alineada. La transformación digital representa un cambio de paradigma crucial en cualquier empresa, aunque los estudios existentes nos indican que solo una parte de las compañías han implementado en estos momentos una estrategia digital para toda la empresa. Para digitalizar con éxito, todas las líneas de negocio (LOB) deben estar alineadas y moverse concertadamente hacia la innovación digital. Esto exige que haya comunicación y colaboración entre los principales interesados, especialmente los altos ejecutivos, y en todas las unidades de negocio, incluso aquellas que normalmente no incluiríamos.
En pocas palabras, la transformación digital es algo más que simplemente digitalizar nuestra infraestructura antes que lo hagan nuestros competidores. Se trata de servir al creciente número de consumidores digitales más rápido y mejor. Pero, lo que es más importante, requiere un cambio en la mentalidad corporativa y la redefinición de los procesos comerciales. El punto de partida para cualquier iniciativa de transformación digital debe ser una puesta en común y un acuerdo claro entre todos los líderes empresariales (no solo TI) sobre la naturaleza, la dirección y los resultados proyectados de la transformación.
Podemos hablar de tres pasos clave en el proceso de transformación digital de las empresas:
- Evaluación situacional: los ejecutivos de todos las LOB deben sopesar y acordar los factores y expectativas de la organización. Las opiniones alcanzadas en esta evaluación deberían usarse para mapear los objetivos empresariales a corto y largo plazo y las estrategias digitales clave para garantizar la alineación organizacional.
- Priorización de oportunidades: Hay que identificar las aplicaciones necesarias y las arquitecturas de tecnología, luego determinar cómo estas nuevas soluciones afectarán a las tecnologías existentes y se alinearán con las necesidades básicas (es decir, ahorros operativos, mejoras de CX). En paralelo, se puede utilizar esta fase para identificar, analizar y priorizar las brechas entre procesos existentes y planificados.
- Creación de una hoja de ruta: una hoja de ruta detallada nos ayudará a finalizar los planes de digitalización antes de la implementación. Debería incluir fases estratégicas, planes de mitigación de riesgos e informes de factibilidad del proyecto que definen la cronología, dependencias, costes (y el rendimiento) y los controles de cada iniciativa digital. Podemos considerar este documento como nuestra guía de transformación digital.
La transformación digital es la base que definirá si las organizaciones triunfarán o fracasarán. En Avaya hemos editado un libro digital con el que queremos ayudar a nuestros clientes a entender cuáles son los fundamentos de la transformación digital y cómo puede contar con unas soluciones de comunicación que se adaptan a la velocidad.
