El verano termina, llega la vuelta al cole y con ella el temor de muchos profesores: ver cómo sus alumnos miran más la pantalla de sus smartphones que la pizarra. Ésta es una realidad cada vez más común en las aulas. De hecho, el 14,6% de los alumnos españoles admite estar pendiente de su teléfono móvil en clase, según un estudio conjunto de BBVA, Google y la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción).
A esto se le suma que el 94% de los adolescentes de 15 años tienen smartphone según el INE. Por ello, no es de extrañar que el uso del teléfono móvil en las aulas genere cada vez más debate. Conscientes de esta situación, desde Qustodio han analizado algunas de las razones y las posibles consecuencias del uso extendido del teléfono móvil en clase:
- Contexto legal. Por el momento no existen leyes estatales ni autonómicas que regulen el uso de smartphones en las aulas en España, es decir, cada centro educativo decide su propia regulación en este sentido. Aun así, la situación es tan alarmante que el Gobierno anunció el pasado curso que estudiaría la posible prohibición por ley de su uso en los colegios siguiendo el ejemplo de Francia, el único país de nuestro entorno que ha seguido este camino.
- Aulas conectadas. En los últimos años, la educación en nuestro país ha evolucionado hasta incorporar el uso de las nuevas tecnologías dentro de las clases. Tanto es así que un estudio de la Comisión Europea los sitúa entre los centros que más apuestan por la inclusión de las TIC, con un ordenador para cada tres alumnos. Además, el 95% de las aulas dispone de conexión a Internet, según los últimos datos del Ministerio de Educación.
- Cambios en el rendimiento escolar. La conexión permanente y la gran variedad de aplicaciones que ofrecen los smartphones hace que muchos alumnos se distraigan en clase, lo que repercute negativamente en sus calificaciones sobre todo si se trata de aquellos con bajo rendimiento. Así lo ha demostrado un estudio de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, que destaca que los alumnos ganarían una hora de clase adicional a la semana si se prohíbe el teléfono móvil en las aulas, consiguiendo así un incremento de las calificaciones de estos alumnos en un 6,4%.
- Sedentarismo en el recreo. El uso intensivo del smartphone no solo se puede ver dentro de las aulas, también en el patio. Es más, la OMS alerta que solo el 39% de los niños y el 24% de las niñas de entre 11 y 12 años realiza la actividad física diaria recomendada, en la que se incluye jugar en el recreo.
- Malas relaciones entre alumnos. El hecho de que la mayoría de los alumnos lleven su teléfono a las clases puede ser fuente de roces entre ellos, incluso, la continuación del acoso escolar a través del ciberbullying en horario escolar. De hecho, más de 1 de cada 3 casos de bullying son por ciberacoso, según advierte la Fundación ANAR