Sngular ha reunido a algunos de sus equipos para identificar aquellas tendencias que las empresas deberían tener en cuenta antes de abordar proyectos digitales para aumentar sus garantías de éxito. De sus reflexiones se extraen seis conclusiones:
Inteligencia Artificial (IA), Data Science e IoT, un equipo necesario
El uso de soluciones de inteligencia artificial irá en aumento en 2020 y durante toda la década, ya que tiene un enorme recorrido, pero el reto será utilizar la tecnología de forma efectiva. Las empresas deberán hacer un esfuerzo para identificar aquellos procesos en los que las tecnologías de machine learning e IA, mediante la automatización de tareas, pueden aportar una ventaja competitiva.
Por otro lado, para obtener un valor real, consideran que es fundamental ligar las iniciativas basadas en esta tecnología con capacidades de gestión y análisis de los datos. Además, durante 2020 aumentarán las iniciativas que tienen como objetivo mejorar la experiencia de las personas en todas las áreas y aquí tendrá un gran peso el despliegue de asistentes virtuales que ayuden a cumplir las expectativas no solo de los clientes, sino de los empleados y de todo el ecosistema corporativo.
Al mismo tiempo, en estos procesos serán de vital relevancia las soluciones de sensorización e IoT para capturar los datos. Ahondando en esta afirmación, habrá más asociaciones de tecnologías que, combinadas, ayudarán a las empresas a contener los costes y a ser más competitivas.
Blockchain, más real en 2020
En este punto existen dos tendencias diferenciadas. Por una parte, en el entorno de las blockchain públicas, se está produciendo una evolución de las DeFi (acrónimo inglés de Finanzas Descentralizadas) a través de la utilización de ‘stablecoins’ o criptomonedas de valor estable.
Por otro lado, en el entorno de las blockchain permisionadas, se van a crear nuevas soluciones que combinan Internet de las Cosas y Blockchain, mediante el uso de 5G, para lograr sistemas de interconexión de dispositivos.
Cloud, en la base de la transformación
Cloud se ha consolidado como modelo de consumo de las TI por su capacidad para desarrollar y desplegar servicios de forma rápida y por la flexibilidad y escalabilidad que proporciona a los equipos de tecnología y las unidades de negocio a la hora de aprovechar otras tecnologías como IoT, big data o machine learning. Las organizaciones están adoptando modelos híbridos, que combinan nubes privadas y públicas, y están optando por modelos de servicios XaaS, en los que las aplicaciones y el software se consumen como servicio.
Trabajo colaborativo y deslocalización de equipos, una evolución natural
Las compañías tradicionales están adoptando cada vez más metodologías de trabajo ágiles para llegar con mayor velocidad al mercado y seguir el ritmo de las empresas nativas digitales. Estos modelos están impulsando el desarrollo de iniciativas a través de equipos deslocalizados mediante la creación de equipos con las competencias necesarias para llevar a cabo proyectos complejos, primando su conocimiento y la creación de un entorno de colaboración, sin importar desde dónde se trabaja o se ofrece el servicio.
Nada es posible sin la Experiencia de Usuario y el diseño de los servicios digitales (Service Design)
Las empresas ya son conscientes de la relevancia de la Experiencia de Usuario (UX, en sus siglas inglesas) para que sus servicios digitales tengan éxito. La respuesta está en un enfoque holístico en su diseño, de forma que se puedan identificar las necesidades del cliente y los desafíos comerciales de la empresa.
Innovación corporativa
Las grandes organizaciones se encuentran en lo que Gartner denomina el “valle de la desilusión” en innovación. Se han lanzado muchas iniciativas transformadoras por oleadas, empezando por los cambios de espacios de trabajo, y después concursos de ideas y programas de startups, que han conseguido relevancia en medios. Sin embargo, los responsables de las áreas de negocio y el CFO (director financiero) siguen buscando en la cuenta de resultados si los proyectos de innovación generan ingresos y siguen cayendo en la delgada línea que separa el gasto de la inversión.
