El número de eSIM activas (embebidas en los dispositivos) pasará de 1.200 millones en 2021 a 3.400 millones en 2025, lo que supone un crecimiento del 180%. Así lo pone de manifiesto un estudio de G+D elaborado por la consultora Juniper Research, según el cual actualmente el 94% de las eSIM se usan en dispositivos de consumo y su utilización continúa extendiéndose en el entorno industrial. De hecho, el estudio apunta a que actualmente existen 760 millones de eSIM integradas en dispositivos IoT y sensores conectados.
Actualmente existen 760 millones de eSIM integradas en dispositivos IoT y sensores conectados
El estudio evidencia que en el último lustro los fabricantes y operadores de telefonía más relevantes de la industria han impulsado la transición en su base instalada desde las tarjetas SIM clásicas a la eSIM, un chip instalado permanentemente en el dispositivo en el que se pueden descargar los perfiles de los operadores de telefonía móvil a través de Wi-Fi o de la red móvil.
Se espera que en 2023 esta tecnología esté incorporada en la práctica totalidad de sus nuevos modelos de dispositivos
A finales de 2020 ya había 110 modelos de smartphones, relojes y pulseras inteligentes, ordenadores portátiles y tabletas equipados con eSIM y, con la llegada al mercado de smartphones de gama media con eSIM y el crecimiento de 5G, se espera que en 2023 esta tecnología esté incorporada en la práctica totalidad de sus nuevos modelos.
Ventajas de la eSIM
G+D constata que la tecnología eSIM se ha ido extendiendo de forma imparable en el mercado debido a sus ventajas frente a las tarjetas SIM convencionales, empezando por su facilidad de uso. Cuando los usuarios se dan de alta o cambian de proveedor de red ya no tienen que manipular pequeñas tarjetas de plástico ni su dispositivo para quitarlas e insertarlas; y tampoco necesitan preocuparse por los diferentes formatos de las tarjetas SIM.
Igualmente, el uso de esta tecnología ofrece más rapidez. Los usuarios pueden activar sus contratos móviles de forma completamente digital utilizando su propio dispositivo, con el simple escaneo, por ejemplo, de un código QR localizado en el portal del cliente de la operadora. No existe, por tanto, necesidad de acudir a un punto de servicio y tampoco esperar al envío de la tarjeta SIM por correo; lo que significa que pueden empezar a utilizar su dispositivo de forma prácticamente inmediata.
Por otro lado, es más flexible. Con las tarjetas SIM clásicas solo es posible utilizar un único contrato de comunicaciones móviles. Por el contrario, a través de eSIM los usuarios pueden instalar y cambiar entre múltiples contratos con las correspondientes condiciones contractuales de los operadores. También es posible utilizar varios números de teléfono, por ejemplo, uno privado y otro de trabajo.
La tecnología eSIM está, además, más adaptada a los viajes. En el momento de desplazarse, la flexibilidad de eSIM resulta especialmente útil. Los viajeros de negocio o por vacaciones pueden simplemente activar un proveedor adicional de telefonía móvil para las necesidades locales de voz y datos o pueden firmar un contrato con un proveedor que ofrezca tarifas bajas en todo el mundo en lugar de pagar tarifas de roaming, todo ello de manera muy sencilla.
Una última ventaja es que resulta más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Puesto que el chip que recibe los datos eSIM está construido directamente en el dispositivo, ya no es necesaria la fabricación de marcos de plástico para las tarjetas SIM, que suelen acabar en la basura cada vez que se compra una nueva. Adicionalmente, no necesitan enviarse por correo, lo que significa también que se elimina el CO2 asociado a ese transporte.
Según Steffen Frenck, responsable de Estrategia y Marketing de G+D: “actualmente vemos un crecimiento muy fuerte de las eSIM en el área de consumo, pero esperamos que esta tendencia también se acelere en el entorno industrial con la llegada de las redes 5G que se están desplegando actualmente. La razón –agrega Frenck– es que las eSIM ofrecen ventajas inmejorables. Son tan seguras como las tarjetas SIM clásicas pero facilitan considerablemente a los usuarios la activación, el cambio o la combinación de contratos de telefonía móvil y son la forma más ecológica de realizar un acceso a las redes móviles seguro y acorde con los estándares”.