¿Qué es una experiencia inmersiva?
Según la RAE por inmersiva se entiende la acción de introducir o introducirse plenamente alguien en un ambiente determinado. Así, cuando se habla de experiencia inmersiva se hace alusión a crear un ambiente y un entorno donde los espectadores puedan llegar a recibir multitud de estímulos y sensaciones a través de los diferentes sentidos. Es decir, simula un ambiente tridimensional en el cual el usuario percibe a través de estímulos sensoriales a través del sonido, la vista, el olfato, el tacto y el gusto.
¿Cómo funcionan y qué tecnología usan?
Para ofrecer este tipo de experiencias se mezcla el arte, la ciencia y la tecnología.
Hablando desde un punto de vista tecnológico, uno de los principales elementos que se emplean para la realización de este tipo de prácticas sensoriales son los proyectores que, como su nombre indica, proyectan imágenes, vídeos o películas sobre paredes o fachadas de edificios. Mediante un reproductor máster se puede controlar y sincronizar a la milésima de segundo y con exactitud, todas las señales que los diferentes reproductores emiten. Asimismo, se suele emplear un sistema en formato multipantalla, utilizando cada pantalla para ofrecer contenido diferente.
Desde el punto de vista del sonido, los espacios inmersivos cuentan con un sistema de audio que se encuentra distribuido por toda la sala, concretamente hay instalados un conjunto de subwoofers, que su función es realzar los sonidos y las frecuencias más graves. Mediante el proceso digital llamado DSP, el sonido en la sala puede llegar a superar los 5.000 watios.
En cuanto a la gestión, tanto el vídeo como el sonido están sujetos a un sistema de control avanzado que permite realizar una administración de forma individualizada de cada uno de los equipos.
Para ser más llamativo, este contenido que se proyecta utiliza colores vibrantes, luces y sonidos recurriendo a tecnología 3D. Y la experiencia implica la interacción con el público, es decir, que el público tenga que realizar alguna acción para interactuar con la película y provocar una reacción como, por ejemplo, pedalear, mover las manos, tocar un interruptor, etc.
Junto a los reinventados proyectores, hay dos tecnologías relativamente nuevas que han hecho posible estas experiencias inmersivas. Se trata de la realidad virtual (VR) y de la realidad aumentada (AR). Para el primer caso se necesitan unas gafas de realidad virtual mediante las cuales el usuario vive una realidad paralela. Para el segundo, se utiliza el propio entorno para crear esa otra realidad y como medio para acceder a ella un smartphone.
¿Qué sectores y contextos utilizan las experiencias inmersivas?
Las experiencias inmersivas se utilizan en multitud de sectores y contextos ya que se recurre a ellas para llevar a cabo tanto la presentación de productos o servicios como para la realización de eventos. Es por ello que puede recurrirse a ella para fines comerciales, sociales o académicos con el objetivo de mejorar las experiencias de los clientes, usuarios o estudiantes.
Quizás los usos más conocidos, hoy en día, de esta práctica corresponden al ámbito cultural. Exposiciones de grandes pintores acaparan multitud de titulares y suscitan gran interés por parte del público. Pero además del arte, del que hablaremos en otro apartado, también la experiencia inmersiva se emplea para visitar museos, presenciar obras de teatro y recitales o conocer ciudades, por ejemplo, sin moverse de casa. Eso abre su empleo al sector turístico.
Por supuesto, el marketing y la publicidad cada vez recurre más a esta tecnología con propuestas interactivas que involucren al consumidor. Y también sectores como el de los videojuegos y el entretenimiento (en parques de atracciones, por ejemplo), la medicina y la teleasistencia; la industria del sexo con el “sextech”; e, incluso, el periodismo con la publicación de vídeos AR y 3D.
Sin embargo, hay un terreno en el que esta estimulación sensorial tiene un gran recorrido: en las aulas, en el mundo educativo. Es lo que ha dado lugar a otro concepto: el aprendizaje inmersivo.
¿Qué es el aprendizaje inmersivo?
Aprendizaje inmersivo es una forma de que los alumnos puedan replicar escenas que se dan en el mundo real para así incrementar las experiencias de aprendizaje. Mediante esta metodología, los estudiantes pueden simular situaciones que en la vida real sería difícil de replicar o reproducir. Se presenta como una herramienta pedagógica de gran alcance puesto que los alumnos adquieren mejor la información después de experimentar lo que están aprendiendo.
El grado de interacción que se genera no se parece en absoluto a los cursos online. En el caso del aprendizaje inmersivo, los usuarios adquieren la capacidad de involucrase de manera visual, mental e incluso física en diferentes escenarios. Esto mejora la comprensión de muchos temas puesto que la asimilación de conceptos se lleva a cabo mediante el uso de la realidad virtual, realidad aumentada o el vídeo 360 grados. Al vivir la experiencia es más fácil retener la información, exponen los expertos. También mejora la concentración, se aprenden habilidades del mundo real en un entorno seguro y sin presión añadida, se tiene acceso a lugares o actividades cuya disponibilidad no es sencilla en el mundo real y crea una nueva perspectiva para los estudiantes.
Asimismo, mencionar que estas soluciones permiten el uso de la metodología learning by doing, una metodología orientada a la acción que posibilita a los estudiantes interaccionar en el escenario.
Ventajas que ofrece la experiencia inmersiva
La experiencia inmersiva presenta al usuario otra realidad estimulando todos sus sentidos. Su gran punto a favor es que es una fórmula o estrategia global en la que todo está conectado e integrado y consigue comunicarse de una forma creativa y sensorial con el usuario/cliente.
A grandes rasgos podríamos citar unas cuantas ventajas que impactan más o menos en unos sectores que en otros:
- Mejora la experiencia del cliente ayudando a la creación de un compromiso positivo con la marca.
- Elimina la globalidad y las barreras idiomáticas, ofreciendo una mayor personalización.
- Optimiza la asimilación de conceptos, la concentración y el aprendizaje.
¿Cómo se hace el arte inmersivo?
El arte inmersivo es interdisciplinario y mezcla la tecnología, la ciencia, el arte y la naturaleza para convertir las obras estáticas en obras dinámicas, en un constante movimiento e interactuando directamente con el espectador.
Permite la sumersión del espectador en la obra de arte, de manera que éste no sólo mira la obra, sin que pasa a formar parte de ella utilizando otros sentidos más allá de la vista. Gracias a esta cualidad, las obras son únicas ya que no se repiten porque es el espectador quien le da sentido.
Dentro del arte ha sido la pintura la que ha aprovechado las experiencias inmersivas con regularidad en los últimos años. La muestra de afamados maestros del lienzo como Vincent Van Gogh, Gustav Klimt o Picasso, entre otros, recorren diferentes ciudades del mundo para dar a conocer sus obras.
Ejemplos de arte inmersivo que se ha realizado
Existen muchos ejemplos de arte inmersivo que se han llevado a cabo y cada día son más las experiencias que se añaden a las ofertas culturales de las ciudades de todo el mundo.
Aquí citamos algunas de las más populares:
- Klimt, la experiencia inmersiva o Gustav Klimt
- Frida Kahlo. La vida de un mito
- Van Gogh Alive- The Experience
- TeamLab. Arte, tecnología y naturaleza
- 10D Experience
- Moco Museum con la sala de arte digital inmersivo
- Y otros artistas como Damien Hirst, Banksy, Andy Warhol, Basquiat, Dalí o Picasso
Experiencias inmersivas en la publicidad
Mientras el mundo del arte se mete de lleno en la creación de experiencias inmersivas, en el ámbito de la publicidad también hay muchas iniciativas que optan por estas soluciones. La idea es la misma, sólo cambia el nombre del usuario: transportar por completo al consumidor al centro de una historia o experiencia. Y el objetivo es claro: fidelizar al cliente.
Cuando se habla de publicidad inmersiva nos referimos a un conjunto de estrategias orientadas al máximo involucramiento del usuario en un formato publicitario. Sea éste un vídeo, una dinámica híbrida o un anuncio en la web, esta publicidad, busca hacer del espectador el protagonista.
Y para muestra, un botón. Linx: Angels Will Fall fue una campaña de AXE desodorantes para su nuevo producto en 2011 y empleó la realidad aumentada. Igualmente, en enero de 2013, Coca-Cola y la organización WWF utilizaron la realidad aumentada para llevar el Ártico al The Science Museum de Londres y concienciar de cómo afectaba a los osos polares el cambio climático. También Pepsi Max recurrió al Digital Out of Home en una marquesina de autobús en New Oxford Street (Reino Unido). Y muchos más como Samsung con sus gafas de realidad virtual en el parque de atracciones estadounidense Six Flags; la NBA para atraer a sus aficionados a sus estadios; o la cerveza Old Irish para mostrar su producto a su audiencia potencial en la República Checa.
Utilidades y futuro
En definitiva, la experiencia inmersiva tiene muchas utilidades en diferentes campos de la sociedad. Su uso será cada vez más habitual gracias al poder que otorga al usuario, cliente y espectador de sumergirse en una realidad virtual multisensorial. Aunque todavía sigue siendo una alternativa costosa -mucho menos que hace años, eso sí-, e implica como puntos negativos una distorsión de la realidad y un empleo abusivo y dependiente de la tecnología, los beneficios que aporta a nivel de fidelización de marca y aprendizaje harán que su popularización vaya en aumento, a la par que se trabaje en un equilibrio de fuerzas para eliminar sus desventajas.