El Museo de Orsay de París, uno de los destinos turísticos más populares y atractivos de Francia, ha llevado a cabo una serie de mejoras en su infraestructura para reducir el consumo de energía y los costes de funcionamiento e incrementar, al mismo tiempo, la sostenibilidad. La exigencia de preservar el sensible entorno interior, crucial para las obras de arte, representó una de las principales prioridades, junto con la de garantizar el confort y la seguridad de los visitantes y del personal del museo.
La entidad cultural escogió tecnología de Trane, un proveedor internacional de soluciones y servicios de climatización perteneciente al grupo Ingersoll Rand, que respondió a las expectativas de este centro del patrimonio francés de renombre internacional y dotó al edificio del Museo de Orsay con un vanguardista sistema de calefacción, refrigeración y aire acondicionado (HVAC).
El Museo de Orsay y Trane empezaron a estudiar el proyecto en 2008. El museo necesitaba un sistema personalizado que pudiera satisfacer sus necesidades tanto técnicas como estéticas. Con el paso del tiempo, la solución fue más allá del objetivo original de mantener un entorno interior adecuado para preservar las obras de arte, de incalculable valor. En el proyecto, se tuvieron en cuenta la sostenibilidad a largo plazo y el rendimiento operativo de la infraestructura de refrigeración.
“Necesitábamos un socio de total confianza con un amplio historial que pudiese satisfacer todas nuestras necesidades con garantías”, afirmó el equipo de gestión del Museo de Orsay. “Trane no solo cumplió nuestras expectativas, sino que las superó”.
“Desde el principio, junto con la necesidad de lograr una reducción del consumo energético, la finalidad principal del proyecto fue la de preservar la integridad de las obras de artistas como Monet, Manet, Degas, Renoir, Cézanne, Gauguin y Van Gogh, entre otros. Y todo ello sin que los más de 3,5 millones de visitantes anuales experimentasen molestia alguna”, comentó Pierre Cazal, responsable nacional de Trane Francia.
Prestaron especial atención a que la instalación de los sistemas personalizados se realizase con el mínimo trastorno, así como a garantizar la seguridad de las obras de arte del museo. Por ejemplo, las torres de refrigeración se debieron ocultar entre dos estatuas para su instalación en el techo de este histórico edificio ejemplo del academicismo francés.
Las mejoras en la infraestructura del museo, incluida la sustitución de cuatro enfriadoras y torres de refrigeración que funcionaban con el refrigerante R22, pueden proporcionar una mayor eficacia energética y un rendimiento fiable. El nuevo y avanzado sistema incluye cuatro enfriadoras RTWD de alto rendimiento de Trane y cuatro torres de refrigeración a medida y fabricadas en acero inoxidable. Por su parte, el sistema personalizado de agua enfriada cuenta con una capacidad total de refrigeración de 2,3 MW.
Los dispositivos de control de la planta de enfriadoras de Trane con supervisión del refrigerante y detección de fugas optimizan todavía más el sistema. Las funciones de control avanzado del nuevo sistema facilitan su utilización, mejoran su rendimiento y reducen los costes de funcionamiento.
Durante más de 48 meses, es decir durante todo el proyecto, dos ingenieros experimentados de Trane se dedicaron exclusivamente al museo, lo cual garantizó un servicio de atención al cliente excepcional, un conocimiento detallado de la aplicación y la más alta capacidad de reacción.