Este crecimiento es una clara señal de la democratización en el avance de esta tecnología, que continuará aumentando su número de líneas según se amplíe la cobertura poblacional de las redes, se reduzca el precio de los dispositivos y se incremente el número de ofertas de banda ancha móvil en los distintos mercados de la región.
Los tres países con mayor penetración de LTE son Uruguay (62,3%), Chile (26,4%) y Argentina (21,7% por ciento). Otros dos países lograron mejorar su clasificación en el Índice entre el primer y el segundo trimestre de 2016: Paraguay, que con un 11,23% de penetración LTE en la población subió del décimo al octavo puesto, y Panamá cuya penetración de 7,52% le permitió ubicarse en el puesto 12, luego de estar en el 14 en el periodo pasado.
Aún con los avances de Costa Rica y Panamá, América Central revalida su posición como la zona de menor penetración de LTE, debido a los bajos niveles de adopción de esta tecnología en Guatemala, Honduras y Nicaragua y la ausencia de una oferta comercial de LTE en El Salvador. Precisamente son Cuba y El Salvador los únicos mercados de América Latina que no cuentan con al menos una red comercial LTE.