La Ciudad Inteligente está cada vez más cerca. Los sensores y dispositivos de IoT están en todas partes, y sus aplicaciones son muy variadas, por ejemplo, en la administración del tráfico, estacionamientos dinámicos, redes Wi-Fi públicas, medidores inteligentes y seguridad pública junto con edificios inteligentes, estadios y centros de tránsito. Sin embargo, no existe una ciudad inteligente sin redes eficientes para conectar dispositivos y aplicaciones IoT.
“Las ciudades inteligentes enriquecerán las vidas de los residentes y harán que los gobiernos locales sean más eficientes para responder a las necesidades de sus ciudadanos”, puntualizó Eduardo Jedruch, gerente regional del Área de Ventas en CommScope y presidente en Fiber Broadband Association LATAM. “Las aplicaciones de las ciudades inteligentes cambiarán la forma en que vivimos y trabajamos. Pero todo comienza con las comunicaciones: los residentes, vehículos, sistemas y aplicaciones de las ciudades inteligentes deben estar conectados a través de redes fijas e inalámbricas”.
De acuerdo con Smart Cities Council, dado que las redes de comunicaciones proporcionan las conexiones esenciales entre los dispositivos IoT y las aplicaciones que procesan y actúan según la información recopilada, la conectividad de banda ancha es un pre-requisito para la existencia de una ciudad inteligente.
Las redes cableadas (ya sea de fibra o cobre) son el soporte de conectividad para conectar edificios y “dispositivos periféricos” tales como cámaras de vigilancia, puntos de acceso Wi-Fi, small cells y sistemas de antena distribuida (DAS); al mismo tiempo, la red inalámbrica debe cumplir con protocolos inalámbricos, los cuales pueden incluir Wi-Fi, LTE, 5G, Bluetooth, Zigbee, entre otros.
Concretamente, ante todos estos desafíos, para Eduardo Jedruch la cuestión clave para los proveedores de servicios es cómo construir una ciudad con conectividad total y omnipresente, para lo cual menciona cuatro estrategias clave:
Analizar a largo plazo
Muchas ciudades persiguen objetivos a corto plazo con aplicaciones de bajo consumo como cambiar el alumbrado público LED, no obstante, los planificadores urbanos deben informarse sobre las aplicaciones emergentes y prepararse para soportarlas a futuro. “Por ejemplo, si en una ciudad se instalan cámaras de seguridad básicas en postes de luz, pero no se instala conectividad de fibra que permita agregar small cells o implementar aplicaciones de reconocimiento facial en tiempo real para las cámaras, será un grave problema en unos años, tanto de planeación como de costos económicos”, añadió Eduardo Jedruch.
Para evitar tener que actualizar las redes en el futuro, los planificadores urbanos deben informarse sobre las posibilidades futuras, consultar con los proveedores de IoT y los proveedores de conectividad de red, y trabajar para desarrollar un plan a largo plazo.
Planificar para la convergencia fijo/móvil
Los grandes proveedores de servicios tienen operaciones fijas e inalámbricas, por lo que converger en una sola red y maximizar la utilización de los activos tiene beneficios comerciales, ya que el costo de mantener redes separadas es sustancial. En la vida real existen múltiples ejemplos donde se construye una red FTTH y varios meses después, el mismo equipo de construcción debe nuevamente realizar obra civil para colocar fibra que atienda un sitio de celda móvil, lo cual es perjudicial en diversos sentidos.
Aunque en la actualidad ya existen redes convergentes dentro de los edificios, por ejemplo, en su red troncal de Ethernet que transporta voz, datos, video y tráfico inalámbrico, la tendencia debería extenderse a las ciudades con redes convergentes basadas en fibra; sin embargo, al existir redes de diferentes tipos y operadores, la convergencia resulta aún más complicada. La convergencia de red significa una construcción para múltiples plataformas de entrega de servicios, y con el surgimiento de 5G, crece aún más la importancia de una buena planeación para una mayor eficiencia y menores costos.
Planificar para lograr una presencia generalizada
Al planificar la convergencia de redes en toda la ciudad, uno de los mayores desafíos es brindar conectividad a los que tienen y los que no tienen. Los operadores de red priorizan el despliegue de red hacia las áreas de mayor densidad o mayor poder adquisitivo, resultando así en áreas carentes de servicio.
Al respecto Eduardo Jedruch añade: “Las ciudades deben eliminar esta ‘brecha digital’ garantizando que las comunidades comerciales e industriales, así como las comunidades residenciales de todos los niveles de socioeconómicos, tengan acceso a un servicio de banda ancha por cable e inalámbrico adecuado y eficiente”.
Ser creativo con los fondos
Pocas ciudades pueden darse el lujo de financiar las redes de la próxima generación. Para dar cabida a redes de banda ancha que estén presentes en cualquier sitio, las ciudades se están asociando con proveedores de servicios, operadores de redes neutrales, compañías de servicios públicos y otras organizaciones para agrupar recursos financieros para estos proyectos masivos. En este aspecto los permisos optimizados, los bonos de infraestructura y las asociaciones público-privadas son solo algunos de los modelos a considerar.
“Las aplicaciones de ‘ciudades inteligentes’ están aún en desarrollo, pero la conectividad confiable y de alta velocidad en todas las ciudades será un requisito fundamental que las ciudades deben considerar en lo inmediato. Al planificar desde hoy y construir una base de redes de fibra convergentes, las ciudades pueden prepararse para volverse mucho más inteligentes, competitivas y sustentables en el futuro”, finalizó Eduardo Jedruch.