Nuevo órdago de China, esta vez a Europa. El gigante asiático está considerando imponer restricciones comerciales a Ericsson y Nokia si los países de la Unión Europea cedieran a la presión estadounidense de prohibir equipos de Huawei en las redes 5G.
La noticia, adelantada por The Wall Street Journal, caldea todavía más el ambiente. Llega en un momento en el que el viejo continente une fuerzas para su reconstrucción sustentando la clave de su éxito en la tecnología. Perdida la partida en la nube (GAFAM y BAT llevan la mano), la mejor jugada que tiene a tiro es la nueva generación de redes móviles: 5G.
Según el periódico, el Ministerio de Comercio de China está valorando llevar a cabo controles de exportación que bloquearían la comercialización de equipos de Ericsson y Nokia fabricados en el país. Según fuentes, las sanciones solo se aprobarían en el peor de los casos. Este toque de atención quizás sea la oportunidad de plantearse si debería volver la fabricación al continente europeo y recuperar así una industria de la que está tan necesitada economías como la española.
Algunos expertos apuntan que efectivamente bloquear las exportaciones sería contraproducente y aceleraría la migración de las empresas manufactureras, lo que se saldaría con la pérdida de empleos en china y animaría a otras compañías a irse. En otras palabras, se trasladaría la producción a otros lugares.
A todo ello hay que añadir que tanto Nokia como Ericsson recibieron pequeñas porciones de licitaciones 5G independientes de los tres operadores móviles del país.
La UE, a la espera
Hasta la fecha, la UE no ha comendado la prohibición total, pero emitió una ‘caja de herramientas‘ de estándares de seguridad a principios de este año, que los países miembros deben aplicar al usar proveedores de alto riesgo en sus lanzamientos de 5G. La guía publicada no citó explícitamente a Huawei, pero ofreció a los estados miembros una forma voluntaria de limitar la presencia de la compañía en sus redes.
Las directrices exigen una evaluación de los riesgos planteados por diferentes proveedores y restringir el papel de aquellos de alto riesgo en componentes de infraestructura críticos como las redes centrales. También recomiendan que los países miembros eviten depender de un único fabricante al construir la infraestructura de comunicaciones móviles de próxima generación.
Se espera que la UE publique en breve un informe detallado sobre cómo sus estados miembros han adoptado los estándares de seguridad en los últimos seis meses.
Veto de Huawei en el Reino Unido
La guerra comercial/tecnológica que libran Estados Unidos y China desde hace unos años y que tuvo su repercusión más mediática con la detención de Meng Wanzhou, CFO de Huawei en el aeropuerto de Vancouver (Canadá), sigue vigente. Y más en un contexto canino de negocio, del sálvese quien pueda.
El último movimiento lo realizó el Reino Unido al anunciar la prohibición de Huawei en las redes 5G y que a tuvo su respuesta por parte de Gao Feng, el representante del Ministerio de Comercio en China al declarar que tomaría las “medidas necesarias” para proteger a las empresas nacionales. También a principios de este mes, Liu Xiaoming, embajador de China en Londres, advirtió a los legisladores británicos que eliminar a Huawei de la infraestructura del Reino Unido enviaría un “mensaje muy malo” a las empresas e inversores chinos.
El gobierno británico indicó a las empresas de telecomunicaciones del país que no compraran equipos 5G a Huawei a finales de este año y que eliminaran todos los componentes de la marca china existentes en su red para 2027.