El sector industrial está experimentando en estos momentos una nueva “revolución industrial”, caracterizada por la incorporación de nuevas tecnologías de fabricación, la robótica o el uso de la Inteligencia Artificial y el Aprendizaje Automático. Esta revolución está afectando a múltiples aspectos de los procesos de negocio, desde la atracción y retención de trabajadores cualificados hasta la gestión del ciclo de vida del equipamiento industrial, pasando por la gestión optima de la cadena de suministro.
Las TIC pueden ser un potente aliado del sector manufacturero a la hora de dar respuesta a todos estos retos y permitir a la industria avanzar en su proceso de digitalización. Aunque son muchas las tecnologías que pueden ayudar en este proceso, nos centraremos en tres innovaciones digitales que están revolucionando el panorama de la industria:
En primer lugar está el Big Data. El análisis de datos y la capacidad de desarrollar modelos predictivos a partir de los cuales desarrollar inteligencia de negocio es clave en cualquier proceso de toma de decisiones. El análisis predictivo utiliza datos pasados, algoritmos estadísticos y técnicas de aprendizaje automático para predecir tendencias y comportamientos futuros, y así tomar decisiones de negocio más informadas en lo que respecta al ciclo de vida y amortización de equipamiento industrial, optimización de la cadena de suministro, la calidad de los bienes producidos y la entrega de pedidos. En esta recopilación de datos juega ahora un papel fundamental los dispositivos IoT. La industria está desplegando masivamente sensores que recogen grandes cantidades de datos, los cuales, una vez procesados, permiten hacer análisis predictivo y generar inteligencia de negocio. Todos estos sensores están conectados a red, por lo que la red se convierte en enorme repositorio de datos que hay que aprovechar mediante herramientas de análisis.
En segundo lugar podemos mencionar son las tecnologías robóticas de última generación, basadas en Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático. Ambas tecnologías se están utilizando para identificar y anticipar los factores que afectan a los procesos de fabricación, como la velocidad y la calidad de las líneas de montaje. Las máquinas utilizan diferentes algoritmos para predecir los tiempos de espera, los tiempos de envío y sugerir mejoras en dichos procesos para hacerlos más eficientes. Los algoritmos de aprendizaje automático, junto con otras aplicaciones y herramientas, ayudan a la industria a encontrar nuevas formas de realizar el trabajo, ajustar la calidad del producto y optimizar sus operaciones diarias. Por ejemplo, el fabricante General Electric (GE), utiliza el aprendizaje automático en su plataforma “Brilliant Manufacturing Suite”, basada en Predix y en tecnología IoT. Predix utiliza sensores para capturar automáticamente información en paso del proceso de producción, monitorizar equipos de fabricación y robots y utiliza esos datos para detectar problemas potenciales e identificar posibles soluciones. La tecnología de aprendizaje automático permite a las empresas reducir los costes, producir más rápido y mejorar los estándares de calidad.
En tercer lugar, las tecnologías “cloud”, específicamente en el ámbito de las soluciones de gestión empresarial (ERP). Las empresas llevan décadas utilizando sistemas ERP para realizar la gestión de los procesos, y disponer de toda la información de negocio de forma integrada. La nube ha venido a revolucionar este tipo de herramientas y adaptarlas a los actuales entornos de negocio, más abiertos e hiperconectados que nunca. El uso de soluciones ERP basadas en la nube aporta ventajas como la escalabilidad, la reducción de costes, una implementación más rápida, seguridad y flexibilidad. Al ser accesibles desde cualquier lugar a través de una plataforma “cloud”, son la solución ideal para entornos de producción altamente distribuidos.
La red, elemento clave en la transformación digital en la industria
Todas estas tendencias y cambios exigen disponer de una infraestructura tecnológica adecuada, que depende en gran medida de la red corporativa para poder ser implementados. La red se ha convertido en el gran facilitador de la transformación digital… siempre y cuando esté preparada para asumir ese desafío.
Las tendencias tecnológicas que se han ido incorporando en los últimos años a la industria – todas las mencionadas arriba, además de las generales BYOD, IoT, Cloud, movilidad, etc.- exigen un planteamiento de red que difiere radicalmente de las arquitecturas tradicionales, pensadas para entornos de uso de las TIC que tienen poco que ver con los actuales.
La red tradicional, monolítica, estática, pensada para dar servicio a equipos de sobremesa y conectar centros de datos físicos tiene que dar paso a una red flexible y ágil, pensada para dispositivos móviles y autónomos (IoT), centros de datos distribuidos o en la nube y perímetro difuminado. Es decir, una red preparada para la transformación digital en la industria tiene que ser flexible, ágil y segura.