Steve Case, el hombre que puso America Online

Publicado el 09 Mar 2001

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Los comienzos de Steve Case coinciden con el cliché del sueño americano. De pequeño, en su Honolulú natal, montó un puesto para vender limonada, repartió periódicos y creó una empresa para comercializar semillas y postales de felicitación. Case, diplomado en Ciencias Políticas vendió artículos de peluquería y después fue responsable de análisis de mercado en Pizza Hut.

Cuando dejó el departamento de marketing de Pizza Hut, hace 20 años, se fue a trabajar a una empresa que estaba financiando su hermano, Control Video Corporation. Creó un servicio online para los usuarios del ordenador personal Commodore 64. Pero muy pronto la compañía dio cobijo a clientes que tenían otro tipo de equipos y cambió de nombre para llamarse America Online. Prácticamente de la noche a la mañana se encontró con cien mil clientes. Eso ocurrió a principios de los años 80 y una década después la compañía tenía un millón de suscriptores.

En realidad su éxito lo consiguió gracias a la facilidad de uso, por lo que la gente se apuntaba en masa. En 1996 dio un paso de gigante al ofrecer acceso ilimitado por 20 dólares al mes; la avalancha de nuevos usuarios fue tan grande que las líneas quedaron colapsadas durante semanas. La gravedad de la situación obligó a Case a instalar miles de nuevos puntos de conexión para evitar la fuga de clientes.
America Online surgió hace tres lustros como una red de información electrónica. En sus inicios ofrecía su propio menú de información, que sólo podían consultar los suscriptores de este servicio. Posteriormente, abrió sus espacios de noticias y diversión a todos los interesados.

En muy pocos años Steve Case, creador y primer accionista de la empresa se hizo famoso porque su firma se convirtió en el principal proveedor de acceso en Estados Unidos a la Red.

En 1992, AOL salió a bolsa con éxito inusitado en el mundo tecnológico. Al año siguiente le salían los primeros pretendientes los cofundadores de Microsoft, Bill Gates y Paul Allen, cada uno por su cuenta. En esos momentos Steve Case dejó claro que su vocación era seguir siendo independiente.

La empresa es conocida popularmente en Estados Unidos como la ciber cucaracha por su capacidad de supervivencia. Hasta hace muy poco, tanto Steve Case como su compañía, han sido sistemáticamente despreciados por Wall Street y los aficionados a la informática. Se ha afirmado que la empresa sería destruida por el crecimiento de Internet, a medida que los proveedores sacaran sus propias páginas en la Web. También aseguraron que AOL nunca podría resistir el ingreso en el negocio de Internet de rivales tan poderosos como AT&T y Microsoft. Dijeron que los clientes abandonarían el software de acceso a Internet y buscarían programas de correo electrónico y software más poderosos que el de AOL. Aseguraron que las interrupciones de servicio de las líneas telefónicas constantemente ocupadas, a causa del extraordinario crecimiento de la compañía, provocarían un éxodo hacia otras empresas y servicios.
Uno de los mayores aciertos de la compañía fue una agresiva campaña de marketing que llevó a la firma a enviar 250 millones de CD Rom a los hogares estadounidenses, ofreciendo su software de forma gratuita. Ésta fue probablemente la campaña más imaginativa y arriesgada de la era digital, y tuvo como primera consecuencia una avalancha de nuevos clientes, cuya cifra, en agosto de 1994, sobrepasó el millón de personas conectadas el servicio de AOL.

Sin embargo, no todo ha sido fácil. Los dos años siguientes las quejas de los consumidores llegaban de todas partes, a causa del método que AOL utilizaba para redondear al alza el tiempo consumido en Internet. Esto acabó con una demanda en los tribunales, que provocó una investigación del procedimiento utilizado para el cobro y una caída de sus acciones.

Esta situación puso en riesgo la continuidad de la compañía. America Online ha estado a punto del fracaso a causa de su propio éxito. En agosto de 1996 su correo electrónico procesaba 24 millones de mensajes cada día y sus clientes pasaban más de cuatro millones y medio de horas diarias en Internet. La firma empezó a tener graves problemas. Steve Case consiguió salvar el bache mejorando sus sistemas. Evitó la fuga de clientes ofreciendo acceso gratuito y compensación económica. Fue en ese momento cuando Case adoptó la costumbre de enviar correos electrónicos a sus usuarios contándoles personalmente los planes de una compañía que hoy en día es una de las pocas que son rentables en Internet.

Una vez asentada su compañía le faltaban algunos contenidos para convertir a AOL en la primera empresa digital de servicios y contenidos del mundo. Por ese motivo contactó con el máximo ejecutivo de Time Warner, Gerald Levin, y tras unas negociaciones no demasiado complicadas decidieron fusionar ambas empresas.

Con 25 millones de clientes, AOL es el mayor proveedor de acceso a Internet de Estados Unidos, mientras que Time Warner es el primer conglomerado de publicaciones vía cable y empresas del espectáculo del país. La fusión le ha venido muy bien a las dos compañías.

Desde ahora tendremos que buscar otro calificativo cuando queramos mostrar nuestro desprecio por el televisor y sus contenidos, porque el aparato en cuestión está dejando de ser la caja tonta para convertirse en una ventana abierta al mundo que a nosotros nos guste y podríamos empezar a calificarla como la caja inteligente.
La America Online de Steve Case siempre a tenido como lema construir un medio global que sea tan central en la vida de las personas como el teléfono o la televisión… e incluso más valioso. Precisamente esa divisa puede llegar a convertirse ahora en una amenaza para la pluralidad cultural e ideológica tanto en Internet como en los otros medios de mayor acceso a los ciudadanos. No olvidemos que la operación mercantil AOL Time Warner puede influir decisivamente tanto en las tarifas como en los contenidos de los medios controlados por la nueva firma.

En la actualidad más de 25 millones de estadounidenses, la cuarta parte de los cien millones que usan Internet, se conectan a través de la firma de Case. Por su parte, Time Warner cuenta con sus canales de cable con 13 millones de usuarios. Sus revistas son leídas por 120 millones de personas y acaparan el 21 por ciento del mercado publicitario.

No solo va a ser posible disfrutar de los programas que más nos gustan en el momento que a nosotros nos interese, sino que podremos cambiar el contenido de los mismos e influir en el desarrollo y desenlace de las historias de ficción que allí se cuenten. El PC ya no será imprescindible para acceder a Internet, aunque seguirá siendo un aparato muy importante en nuestras vidas. Ahora el nuevo universo de lo que algunos ya llaman la era post PC va a llegar a través del cable. Por eso las grandes compañías estadounidenses como Time Warner y AT&T se han endeudado durante los años noventa para comprar servidores de cable que garanticen la distribución de los nuevos productos. Entre estas dos compañías tienen 30 millones de clientes en Estados Unidos.

Steve Case, máximo responsable de America Online, se ha convertido en el nuevo rey de Internet, mientras que Gerald Levin, primer ejecutivo de Time Warner, es su escudero. Con la fusión Case es el hombre fuerte de la compañía, pero deja que Levin lleve las riendas del día a día.

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Steve Case

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