Como consecuencia del fracaso del pasado viernes 22 de agosto para colocar los satélites Galileo 5 y 6 en la órbita correcta, la Comisión Europea –que financia el proyecto- ha solicitado a Arianespace –el consorcio europeo responsable su lanzamiento y puesta en órbita– y la Agencia Espacial Europea que proporcionen información completa sobre el incidente, junto con un calendario y un plan de acción para rectificar el problema.
Recordemos que el pasado viernes, Arianespace informó de las anomalías detectadas en la inserción orbital de dichos satélites –Doresa y Milena– que se han quedado en una órbita elíptica a unos 17.000 kilómetros de altura, en lugar de la circular a 23.522 kilómetros desde donde se esperaba que pudieran operar a partir del próximo otoño.
En la actualidad, los equipos de la industria y las agencias involucradas en las operaciones iniciales de los satélites están investigando las posibles repercusiones para la misión.
De acuerdo con la información inicial, el problema consistió en la etapa superior del lanzador y como resultado de que los satélites no se inyectaron en la órbita deseada.
La Comisión Europea participa en el consejo de investigación creado para identificar las causas del problema y espera presentar los resultados preliminares durante la primera quincena de septiembre, concretamente el 8 de septiembre.
Asimismo, esta comisión de investigación tendrá como objetivo poner en práctica medidas correctivas para evitar que este tipo de incidentes se repitan en lanzamientos futuros.
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha informado a la Comisión que su centro de control en Darmstadt (Alemania) tiene a los satélites bajo control, a pesar de que no haberse colocado en la posición orbital prevista.
Por su parte, la Comisión Europea está trabajando en estrecha cooperación con la ESA para maximizar las posibilidades de utilizar los dos satélites como parte de la red Galileo.
Tanto la ESA como Arianespace han sido invitadas a Bruselas la primera semana de septiembre para presentar los primeros resultados de su investigación al comisario europeo de Industria y Emprendimiento, Ferdinando Nelli Feroci.
La información de posicionamiento y sincronización de Galileo tendrá repercusiones positivas para muchos servicios y para los usuarios europeos.Y es que, productos que la gente usa todos los días, como los dispositivos de navegación de los coches y teléfonos móviles se beneficiarán de la precisión adicional proporcionada por Galileo. De hecho, la constelación Galileo hará que las vías de comunicación y de transporte ferroviario sean más seguras y mejorará las respuestas a situaciones de emergencia
Asimismo, harán que las vías de comunicación y de transporte ferroviario sean más seguras y mejorarán las respuestas a situaciones de emergencia.
Una vez que entre en su fase operativa, Galileo permitirá además la introducción de una amplia gama de productos y servicios innovadores en otras industrias y según sus promotores generará crecimiento económico, así como puestos de trabajo altamente cualificados.
En 2013 el mercado global anual para los productos y servicios de navegación por satélite mundial fue valorado en 175.000 millones de euros y se espera que crezca en torno a 237.000 millones de euros para 2020.
La Comisión aspira a tener la constelación Galileo completa y en funcionamiento –compuesta por 30 satélites– antes de finales de esta década.